¿Alguna vez te has preguntado por qué algunos estudiantes disfrutan resolver problemas lógicos mientras otros brillan cuando trabajan en equipo o exploran su lado creativo? En la virtualidad, estas diferencias no son un obstáculo, sino una oportunidad para entender cómo cada cerebro aprende de manera única.

Un equipo de investigadoras de la UNAD —Clara Tatiana Verney, Claudia Andrea Paredes, Mercedes Cecilia Vélez y Emilse Estupiñán— decidió mirar más de cerca a los estudiantes de Psicología en modalidad virtual. ¿La meta? Comprender cómo sus estilos de aprendizaje evolucionan a lo largo de la carrera y qué significa esto para la formación de futuros profesionales.

El aprendizaje desde el cerebro

Los estilos de aprendizaje no son simples “maneras de estudiar”. Están profundamente vinculados con la forma en que el cerebro procesa la información. El modelo de los cuadrantes cerebrales de Ned Herrmann propone que podemos tener mayor afinidad por cierto tipo de pensamiento: lógico y analítico, ordenado y planificado, emocional y relacional, o bien creativo e innovador.

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Lo interesante es que ninguno de estos estilos es mejor que otro; son simplemente distintos caminos hacia el conocimiento. Así, mientras un estudiante puede disfrutar resolviendo fórmulas y estadísticas, otro se sentirá más cómodo creando mapas mentales coloridos o conectando aprendizajes con experiencias de vida. Y lo más importante: todos estos caminos son válidos, todos conducen al aprendizaje significativo.

  • Cuadrante A: analítico, lógico, cuantitativo.
  • Cuadrante B: organizado, secuencial, detallado.
  • Cuadrante C: emocional, kinestésico, relacional.
  • Cuadrante D: creativo, holístico, innovador.

Lo que encontró la investigación

Tras aplicar el Test de Diagnóstico Integral de Dominancia Cerebral (DIDC) a estudiantes en tres momentos de su carrera (inicio, intermedio y final), los resultados mostraron:

  • En todas las fases predominó el Cuadrante A → pensamiento lógico, crítico y basado en hechos.
  • En la fase inicial y final, el segundo estilo más fuerte fue el Cuadrante B → organizado y planificado.
  • En la fase intermedia, tomó fuerza el Cuadrante C → sensibilidad, emociones y vínculos.

Esto revela que los estudiantes no son lineales: su manera de aprender evoluciona y se adapta a lo largo del proceso formativo.

Lo que esto significa para la educación virtual

Más que simples resultados estadísticos, estos hallazgos nos muestran algo poderoso: el aprendizaje es dinámico. Los estudiantes no aprenden igual en primer semestre que en práctica profesional. La virtualidad, entonces, no puede ser rígida ni uniforme. Necesita reconocer que detrás de cada pantalla hay alguien con ritmos, emociones y maneras únicas de apropiarse del conocimiento.

En este sentido, los docentes no solo transmiten información: crean escenarios que deben ser lo suficientemente flexibles para atender tanto al estudiante que piensa en números como a aquel que aprende mejor a través de experiencias humanas y relacionales.

Cuando la virtualidad se convierte en oportunidad

El estudio de Verney, Paredes, Vélez y Estupiñán no se queda en describir estilos, sino que abre la puerta a un reto para la educación virtual: diseñar ambientes de aprendizaje que conecten con todas las formas posibles de pensar y sentir. La formación de psicólogos en la UNAD no puede limitarse a desarrollar profesionales que analicen hechos; también debe potenciar la empatía, la creatividad y la capacidad de integrar diferentes perspectivas.

Además, este trabajo recuerda algo fundamental: los estilos de aprendizaje son una herramienta para conocernos mejor, no una etiqueta para encasillarnos. Reconocer nuestro estilo dominante es solo el inicio; lo realmente transformador es aprender a movernos entre estilos, a ser analíticos cuando se necesita precisión, empáticos cuando se requiere sensibilidad, y creativos cuando los problemas demandan innovación.

En últimas, aprender es mucho más que memorizar: es descubrir cómo funciona tu mente y cómo puedes aprovecharla para transformar tu vida y la de los demás.

Y ahora te pregunto: ¿ya descubriste cuál es tu estilo de aprendizaje en la virtualidad? Compártelo, reflexiona y únete a la conversación.